Tren

El tren avanza en una dirección y yo me siento mirando hacia el otro lado. Eso resume todo: El rumbo de mis días.

De espaldas por no ver de frente al destino o de espaldas por no comprender la dirección en que avanzo.

Me suelo confundir. Creer en unas imágenes con debilidad; tanta que se desvanecen al tocar el punto del presente y en su lugar quedan otras absolutamente indiferentes a las desaparecidas.
Es una cuestión de fe quebrada, de poco amor a mi propio ser. Amo que me amen pero olvido amarme más y hacer las cosas por mí. Un desliz permite instantaneamente sospechar de egoísmo. Hoy lo requiero.

De espaldas es imposible saltar del tren antes de llegar a una no deseada estación.


OCTUBRE 2008




FOTO: MAURO ROJAS

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